Mimas y pantomima en la Roma Imperial y en la España romana
En nuestra primera clase del curso Ser actriz en Madrid, ayer 7 de octubre, en la UP Miguel Delibes de Alcobendas, abordé las profesiones que las mujeres ejercían en el teatro en la Roma Imperial porque España estuvo bajo dominación romana desde el año 218 antes de Cristo hasta el año 476, que se produce la caída del Imperio romano. Y aunque Grecia sea la cuna de nuestro teatro occidental, al no haber conquistado la península no lo abordaremos porque se sale del motivo de nuestro curso.
Los romanos no estimaban el teatro como los griegos, preferían, afirma el profesor y conferenciante Diego Borghetto, Convivium Latinorum, otros espectáculos como las carreras de caballos, luchas de gladiadores y escenificaciones similares. En todo caso, como público teatral sus gustos se ceñían a la comedia, y en este género las obras de Terencio y Plauto.
Esta circunstancia, la variedad de las representaciones que posibilitó Roma, supone para los investigadores tener que definir, en primer lugar, cuál es el ámbito de estudio en la antigüedad de lo que denominamos teatro y la profesora de la universidad de Salamanca, Ana María Álvarez Pellitero, que publicó un libro ya clásico sobre el teatro medieval propuso ésta: una o varias personas encarnan el papel de otras, revestidas al efecto con los caracteres de las mismas.
Esta definición es inclusiva y muy general y permite incorporar dramatizaciones religiosas en los templos, por ejemplo.
En referencia a la materia de nuestra primera clase, los siglos de dominio romano, en España tenemos constancia de la construcción de 17 teatros y 20 circos, y lo que se escenificó en ellos era muy similar a lo representado en la capital del imperio, en Roma. En realidad, de las actrices romanas o españolas en estos tiempos se necesita una mayor investigación.
Las mujeres actrices fueron contorsionistas, mimas, emboliaria, monodiaria, etc. según la modalidad que practicaban en la representación y podían serlo en fiestas privadas o en espectáculos públicos. Lo más destacable es que la Roma imperial que ocupó tantas tierras y pueblos cada uno de ellos con sus culturas y lenguas, se dio cuenta de que era imposible representar obras escritas en latín en estos lugares porque apenas una parte, y muy reducida de la población, entendía los idiomas principales del imperio ya fuera el griego o el latín.
Y los romanos, siempre tan prácticos, inventaron un espectáculo que podía representarse en cualquier lugar, ante un público de cualquier lengua y con otras raíces culturales. Éste fue el origen de la pantomima y aquí sí tuvieron un papel las mujeres.
Diego Borghetto define la pantomima como “una narración bailada y cantada” que iba a lo esencial, al imaginario colectivo de todos los pueblos. La joven enamorada, el amante celoso, los dioses enfadados.
Sabemos que las mujeres no participaron en obras teatrales hasta el siglo IV pero sí lo hicieron como mimas en las pantomimas. Una mima era una actriz del gesto. Acerca de las máscaras, aún no hay acuerdo sobre en qué circunstancias exactas o momentos de la representación, las actrices prescindían de ellas.
La investigadora Helena Lorenzo Ferragut de la Universidad Autónoma de Madrid ha realizado un análisis de los datos que se conservan, basado en las lápidas, sobre estas actrices y sus conclusiones son muy interesantes.
Según Lorenzo Ferragut, estas actrices eran esclavas adquiridas para adiestrarlas en estos espectáculos o bien, nacían en una familia que ya se dedicaba al espectáculo. Se presentaban con nombre griego u oriental porque ante el público suponía una garantía de profesionalidad. Grecia era la cuna del teatro y por eso, elegían estos nombres.
De los datos examinados por Ferragut, una incógnita es el motivo por el que fallecían muy jóvenes, ninguna superaba, según lo analizado, los veinte años, quizá, especula esta profesora por el tipo de vida que llevaban o por su origen servil.
Durante nuestra clase también nos preguntamos si otra causa podía ser los pigmentos con los que se teñían la cara, por ejemplo, el blanco elaborado con plomo, que les provocaría una intoxicación continuada a través de la piel desde muy niñas porque eran entrenadas ya en su primera infancia.
Las actrices no tenían estima pública, continúa Ferragut, y los datos de los que se disponen no son concluyentes. Es necesario una mayor investigación.
UP Miguel Delibes - Alcobendas
Ser actriz en el Madrid Teatral- Del 7 de octubre al 3 de febrero.
Profesora, Maribel Orgaz
El curso está completo
Qué interesante !!!
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